Foto de Enrique Covarrubias
Este libro va dirigido, antes que nada, a los amantes de la música y en especial a los amantes del rock. Quiero compartir con ellos el interés y la inquietud que a mí me provoco conocer a quienes aparecen aquí: bateristas, guitarristas, cantantes, bajistas, compositores, saxofonistas, pianistas, violinistas, etcétera. Pertenecen a las más diversas generaciones y estilos musicales, pero tienen algo en común: el eje de sus vidas ha sido el rock and roll y sus derivaciones. Esa es la fuerza que los ha movido, protagonizando una historia con sus capítulos de gloria, de triunfo, de infelicidad y, también, de frustración. La intención no fue, entonces, hacer un catalogo de virtuosos sino dejar constancia grafica de los protagonistas de una historia que se remonta hasta fines de los años cincuentas.
Al hacer este trabajo, cumplo con lo que me toca como alguien también comprometido con la música. Amo la música y amo el rock, pero no soy crítico de rock y la selección de personales incluidos en este trabajo no parte de una valorización cualitativa de su trabajo. Tampoco me base en el éxito comercial que tengan o hayan tenido, ni está determinado por mis gustos personales. Mi labor simplemente es reconocerles el lugar que han ocupado y decir al público: miren, estos son.
Muchos de ellos ya no tienen una vida pública activa. Otros están en la cima de su popularidad. Pero en casi en todos vive, a su modo, el rock como actitud y forma de vida. Este libro también es un recorrido a través del tiempo, es una revisión y síntesis de 40 años. No es retroceder el tiempo porque lo estoy mostrando aquí y ahora. Es una visión de fin de siglo. Lo que me parece mágico es lograr que de pronto todos se vuelvan contemporáneos: Los Teen Tops y Molotov; Julieta Venegas y Mayita Campos; Los Locos del Ritmo y Maná; Rafael Acosta y Carlos Santana; Enrique Guzmán y Maldita Vecindad; Fito de la Parra y Alejandro Lora; Los Hooligans y café Tacuba. Todos están compartiendo un tiempo y un espacio. Fue reunir a la gente que ha hecho el movimiento, como si los convocara en un día y a una hora específicos.
Realizar este trabajo también me ha confirmado que el rock sí ha generado un movimiento social. Que cada músico, me guste o no, ha representado la sensibilidad y los gustos de algún sector de la sociedad. Eso ya los hace importantes para mí. Por eso insisto no es un libro que pretenda mostrar solo a quien “la hizo”. No los veo desde esa perspectiva ni estaba pensando en eso cuando los tenía ante la cámara. Finalmente el rock mexicano es una sucesión de destellos y de ilusiones truncas. Salvo excepciones, muy pocos han logrado continuidad en su trabajo, Pero todos han contribuido de distintas maneras a esta historia del rock. Y asi es como veo este trabajo, como mi contribución a esa historia del rock en México. Sin embargo no diría que es un acto de justicia. Solo se trata de reconocer y rescatar a los protagonistas de esa historia.
Como amante de la música y en especial del genero rocanrolero, quise documentar a nivel fotográfico los sucesos de mi época, de mi tiempo. Creo que fotográficamente nadie lo había hecho y yo me impuse esa disciplina.
Fernando Aceves
Aquí su libro, cómprenlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario